Veía pasar filas de hombres,
Encaminados hacia un destino brutal,
Que no les sería esquivo.
Sus mentes, buscaban algun recoveco,
Para refugiarse de tan macabro pensamiento.
Alguien dijo que su honor era proteger,
Alguien dijo que sus espiritus no volverían a nacer...
La muerte y la desidía estaba en sus retinas,
Nadie podia despegarse de tan terrible realidad.
Sus botas retumbaban en las rocas,
En una fria sinfonía marcada, por el lugubre ritmo de la desesperación...
Sus rostros fríos y ya sin vida,
Reflejaban la desidia de saber que no verian nuevamente a los suyos.
Familias hacian funerales por adelantado,
Despedidas que parecian no tener fin,
Destinos encontrados que no se volverian a sentir.
Madres lloraban como anticipo la partida de sus hijos,
Jovenes que no comprendían el entorno,
Aquello que quisieron, hicieron y dejaron de hacer,
Tal ves no lo volverían a ver.
El laberinto en sus mentes estaba creado,
Solo Dios sabia quien iba a resolverlo,
Y cuantos miles no...
El valor se les impuso,
Como una fría daga en sus corazones,
Que nadie podría sacar, solo su espiritu.
Lo lógica y el analisis ya perdían el sentido,
No se podía asimilar lo inhumano,
Los frios ojos de sus "enemigos" serían sus blancos,
Los frías rocas serian sus tumbas,
La suave brisa limpiaria sus almas...
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